Del miedo a hablar a tener conversaciones reales: la historia de quienes dijeron “Yes I Do”

¿Alguna vez has querido hablar en inglés, pero las palabras simplemente no salen?
Sientes que las sabes, las tienes en la punta de la lengua… pero el miedo te paraliza.
Te preocupa pronunciar mal, no entender al otro o quedarte en blanco.
Y, sin darte cuenta, ese miedo termina siendo más grande que tus ganas de hablar.

En Yes I Do, escuchamos esa historia una y otra vez. Pero también hemos visto cómo cambia todo cuando alguien se atreve a dar el primer paso.

El punto de partida: aceptar el miedo

El miedo a hablar en inglés no es falta de capacidad. Es una mezcla de inseguridad, perfeccionismo y experiencias pasadas (“me corrigieron”, “se rieron”, “no me salía”).
La clave está en no luchar contra el miedo, sino usarlo como impulso.
Nuestros estudiantes descubren que no se trata de hablar perfecto, sino de comunicarse con intención.

El cambio llega cuando te atreves a hablar

Cuando empiezas a hablar, incluso con errores, pasa algo mágico:

  • Tu mente deja de enfocarse en el miedo y empieza a enfocarse en el mensaje.
  • Te das cuenta de que sí puedes.
  • Empiezas a disfrutar el proceso.

Uno de nuestros estudiantes lo resumió así:

“Cuando entendí que nadie esperaba que hablara como un nativo, empecé a disfrutar. Hoy tengo reuniones en inglés sin traducir nada.”

Ese es el verdadero poder de decir Yes I Do: comprometerte contigo, con tu proceso y con tu crecimiento.

El cambio llega cuando te atreves a hablar

En nuestras clases no enseñamos inglés solo desde libros, sino desde la vida real.
Conversaciones cotidianas, temas que te importan, juegos, dinámicas y acompañamiento constante.
Porque hablar inglés no es solo un objetivo académico; es una habilidad que cambia la forma en que ves el mundo y cómo te relacionas con él.

En cada sesión, los estudiantes aprenden una nueva palabra, pero también una nueva forma de creer en sí mismos.
Y poco a poco, el miedo que antes los detenía se convierte en combustible para avanzar.

El resultado: confianza y conexión

Hablar inglés deja de ser un reto, y se convierte en una experiencia de conexión: con otros, con el mundo y contigo mismo.
Cada conversación, cada error y cada risa compartida en clase es una prueba de que el miedo no tiene la última palabra.

Así que si tú también has sentido ese miedo, recuerda esto: nadie nació sabiendo hablar inglés. Pero todos podemos aprender cuando creemos que sí podemos.

Hoy es tu momento

El inglés no se aprende solo con teoría, sino con acción, constancia y acompañamiento.
Atrévete a dar tu primer paso, a equivocarte, a reírte y a descubrir que sí puedes comunicarte con el mundo.

En Yes I Do, no solo enseñamos inglés: te enseñamos a creer en ti. 💙

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